Espero no ser la única, pero muchas veces me pasa que me bajan unos antojos locos de comer algo específico.
Algunas veces quiero comer brócoli, otras quiero chocolate con mantequilla de almendras, o noodles con una salsa cremosa de tahini…
Lo único que se es que de esos antojos (que no me dejan tranquila hasta que se cumplen) nace la mejor inspiración para crear nuevas recetas.
Hace un par de semanas uno de mis flatmates me regaló de la nada un frasco gigante de semillas de amapola. No se ustedes, pero para mí amapola-limón es un no brainer. Es de esas cosas que fueron creadas para ir juntas. No se discute.
Sea en un dressing de ensalada, en un queque, en los codiciados Augusta® Cupcakes, o en galletas, es una mezcla hecha en el cielo, y me mata.
Así que, naturalmente, llevo dos semanas pensando en cocinar algo con limón-amapola. Pero como el verano acá en Sydney ya llegó (aunque en días como hoy parece haberse tomado un descanso), con el dolor de mi alma debo decirle buh bye a los queques y galletas (un poco tarde, como siempre, pero qué le voy a hacer).
Para mí los fines de semana son el momento perfecto para dar rienda suelta a la creatividad en la cocina, pero éste estuve casi todo el día fuera de la casa.
El sábado fui a Eveleigh Market, un farmers market que está cerca de mi casa (¡en donde siempre está Kylie Kwong! La culpable de mi amor por el szechuan pepper, y de varios intentos frustrados de llevarme un frasquito a Chile luego de un viaje); y luego a Glebe Market que es mitad feria de las pulgas, mitad bazar. Mas tarde tenía un cocktail de chocolates veganos, así que mi cuota de azúcar quedó mas que satisfecha: ninguna posibilidad de pensar en cocinar.
Ayer domingo partí tempranísimo al Royal Squadron Yacht Club a andar en velero toda la mañana por el Harbour de Sydney, y luego al Open Day de la Opera House… quedé agotada (y deshidratada), y por primera vez en mucho tiempo no tenía ni media gana de comer algo.
No hay mal que dure cien años, así que hoy me levanté con todas las ganas de cocinar algo rico… y ¡BAM! Nació la idea de hacer pancakes de limón-amapola. Because why not?
Lo que me encanta de mis recetas de pancakes, es que la base es un desayuno «normal», que luego es enchulado. ¿Por qué? Me explico.
Un desayuno equilibrado necesita aportar una buena dosis de fibra, proteína, grasa, y carbohidratos complejos. Por lo mismo, suele llevar cereales, ya que tienen un perfil nutricional muy alto (aportan carbohidratos, proteínas, y varios micronutrientes y fibra si se consumen en su estado menos refinado); alguna fruta; y algún tipo de proteína y grasa. Pensemos en un plato de avena con leche, manzana, y canela. ¿Qué pasa si lo deconstruimos? En vez de usar la avena en copos, la molemos para hacer harina de avena. En vez de usar la manzana en cubitos, la hacemos puré… ¿Me siguen?
Al principio, cuando mis flatmates me veían comiendo pancakes una o dos veces a la semana me miraban con cara de «tu estás loca», pero cuando vieron lo que tienen (y lo que no tienen) empezaron a comerlos también. Uso los mismos ingredientes y las mismas proporciones que un desayuno «tradicional», pero los empleo en forma distinta, y así logro crear un plato novedoso, sabroso, y nutritivo para partir el día como corresponde.
Estos pancakes superaron por completo mis expectativas. Si cierro los ojos siento que estoy comiendo uno de mis famosos cupcakes de limón-amapola. Tienen mucho sabor a limón, y la amapola les da el crunch necesario. Además son esponjosos, sanos, llenadores, no tienen ningún tipo de nasties… y por si fuera poco, son fáciles de hacer y tienen sólo 9 ingredientes.
¡¡No hay excusas para no hacerlos!!!
¿Qué toman ustedes de desayuno?
Ingredientes
- 1 huevo de linaza
- 1 taza de harina de avena.
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio.
- 1 cucharada de semillas de amapola.
- 1/4 cucharadita de de sal.
- 3/4 de taza de leche de almendras.
- 1 cucharadita de vinagre de cidra de manzana (o cualquier vinagre blanco).
- 3 cucharadas de maple syrup.
- 1 limón, su zeste y jugo.
Instrucciones
- Mezclar bien todos los ingredientes secos en un bowl mediano.
- Aparte, mezclar bien todos los ingredientes húmedos.
- Mezclar ambos, procurando que no queden grumos (es normal que se forme una espuma, es la reacción del bicarbonato con el vinagre y el jugo de limón, y es lo que va a hacer que los pancakes queden super esponjosos).
- Calentar a fuego alto una sartén anti-adherente, y cocinar los pancakes (como medida, yo uso para cada uno el clásico cucharón de sopa).
Notas
Esta receta alcanza para dos porciones. Puedes refrigerar una y calentarla por unos segundos en el microondas antes de comer.
Si tienes una buena sartén anti-adherente, no es necesario agregar aceite para cocinar los pancakes. Si ese no es el caso, te recomiendo pasar una servilleta de papel con un poco de aceite de coco o de canola por la sartén.
Belén
hoy los hice aunque con algunas variaciones en cuanto al limón y las amapolas, y quedaron magníficos, la mejor receta que he probado!! gracias por la dedicación!