Ya se acabó septiembre, y con él los resabios de las celebraciones de las fiestas patrias chilenas. Sin embargo, siempre habrá espacio en mi corazón y en mi vida para un buen terremoto.
Pero por favor, nada de esos terremotos fucsias que son pura «granadina» (o mas bien azúcar con anilina)… no señor.
El año pasado, por necesidad pura ya que en Australia no vendían ni helado de piña, ni granadina, ni pipeño (aunque sí vendían goon, una cosa tanto o mas insalubre que se vendía en bolsas), tuve que echar mano a mi creatividad para poder disfrutar de uno de mis tragos chilenos favoritos (junto con el vino con durazno, como pueden apreciar aquí).
Solucionar el problema del helado de piña de cassata fue muy fácil: al igual que otras frutas como el plátano y el mango, la piña natural congelada y luego procesada adquiere la consistencia y textura propia de cualquier helado comprado. Más fácil, sano, y rápido, y rico, imposible. Entonces congelé una piña natural súper madura, previamente pelada y picada en cubitos, y luego la pasé por la máquina especial de una de mis flatmates para hacer helados (la máquina se llamaba Yonana, porque era para hacer #nanaicecream, y la amaba).
Para la granadina, decidí sencillamente moler algunas frutillas para lograr una pulpa.
Y para el pipeño… nada como un buen sauvignon blanc, cepa que gracias a sus notas frutales combina perfecto con la piña y las frutillas (debo admitir que el año pasado usé goon la primera vez que lo hice, pero la caña del día siguiente se las regalo, y francamente ya no estoy para esos trotes jajaja).
El resultado fue un terremoto delicioso, que realmente no tiene nada que envidiarle al original. ¿Lo mejor? No tiene una sola gota de azúcar refinada (ojo, ello no obsta a que sea alto en azúcar, sólo que éstas provienen de fuentes no refinadas). Por eso decidí llamarlo temblorcito, o terremoto light ?
Este año hice el helado de piña con mi slow juicer Hurom Chef, usando el filtro de batidos y masas. Aproveché el impulso, y también pasé las frutillas por ahí. Recuerda que puedes comprar cualquier modelo de Hurom a través de www.huromchile.cl usando el código de descuento SIMPLELIFE 😉
Si no tienes una Hurom, puedes usar una procesadora, una 1,2,3, o minipimer.
De verdad tienen que probar los temblorcitos… y que el nombre no los engañe, pegan igual de fuerte que el clásico terremoto, ¡así que a consumir con moderación!
Ingredientes
- 2 tazas de piña cortada en cubos, y congelada.
- 10 frutillas.
- 400 ml de sauvignon blanc bien helado.
Instrucciones
- Sacar la piña del congelador, y dejar a temperatura ambiente por 10 minutos.
- Mientras tanto, moler las frutillas con una procesadora (o 1,2,3 o minipimer, o lo que tengas) hasta obtener un puré. Dividirlo en dos vasos largos, y reservar.
- Inmediatamente transcurridos los 10 minutos de descongelado*, meter la piña a la procesadora (o la máquina que estés ocupando) y procesar hasta obtener un helado cremoso.
- Poner dos bolas de helado (la mitad del helado) en cada vaso, y rellenar cada uno con 200 ml se sauvignon blanc helado.
Notas
**Puedes preparar el helado de piña con antelación y guardarlo congelado.
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